Nociones básicas
Orígenes de los cuentos
El relato comienza con la historia misma de la humanidad. No hay ni ha habido jamás en parte alguna un pueblo sin relatos (Roland Barthes, 1966: p. 138).
Las historias hunden sus raíces en la edad más antigua de la humanidad. Ya los hermanos Grimm relacionaron los cuentos con los mitos en estos términos: “Los elementos míticos parecen pequeños pedazos de una joya rota que están esparcidos sobre la tierra, todos cubiertos de yerba y flores, y solo puede descubrirlos el más agudo observador. Su significado se ha perdido desde hace mucho tiempo, pero todavía se siente e imparte valor al cuento, mientras satisface el placer natural en lo maravilloso” (Grimm, 1992, 26). Las primeras versiones escritas de los cuentos tradicionales, ya con toda su magia, se remiten nada menos que al Antiguo Egipto y su existencia viene a demostrar el trascendente papel de la tradición popular desde el inicio de los tiempos. Una de las primeras versiones de los cuentos universales es la de “Ródope” (Rhodopis: "mejillas rosadas”), que pierde su sandalia y que nos interesa especialmente porque es un antecedente de La Cenicienta. De ahí el título de mi estudio comparativo de las versiones tradicionales de los cuentos:
CENICIENTA CUMPLE CUATRO MIL AÑOS (García Carcedo, 2022).
La historia de Psique y Cupido, recogida por Apuleyo en el siglo II, constituye uno de los principales antecedentes escritos clásicos de la mayoría de los cuentos más universales; el estudio comparativo de García Carcedo (2022) parte con frecuencia, por tanto, de esta maravillosa historia, que se descubre como el padre de todos los cuentos. Su influencia se verá especialmente marcada en cuentos como La bella y la bestia, pero también ha dejado sus huellas en Blancanieves, Cenicienta o Blancaflor, entre otros muchos.
Los orígenes de la magia de los cuentos se encuentran también en las innumerables fuentes hindúes, persas y árabes (los relatos de Las mil y una noches, entre otros). Esa raíz oriental de los cuentos empieza en la India con el famoso Panchatantra; una colección de fábulas en idioma sánscrito, en prosa y verso, que empezó a componerse hacia el siglo III a. C., y que es el fabulario más importante de la tradición escrita de la India y la colección más antigua de cuentos tradicionales que conocemos. Se tradujo primero al persa y después al árabe hacia el 850; no sería hasta el siglo XIII cuando el rey español Alfonso X el sabio mandó traducir el texto árabe al castellano, con el título de Calila e Dimna. Los más de 70 relatos del Calila y Dimna fueron la primera obra narrativa publicada en español, son principalmente cuentos de animales, como este:
En cierto pueblo había cuatro brahmanes (…) Siguieron su camino y en un bosque hallaron los huesos de un león… El primero compuso el esqueleto, el segundo suministró la piel, la carne y la sangre. El tercero se disponía a infundir la vida, cuando el hombre cuerdo observó: -Es un león. Si lo resucitan, nos va a matar a todos. -Eres muy simple -dijo el otro-. No seré yo el que frustre la labor de la sabiduría. -En tal caso -respondió el hombre cuerdo- aguarda que me suba a este árbol. Cuando lo hubo hecho, resucitaron al león; éste se levantó y mató a los tres (Los brahmanes y el león, en el Panchatantra)
Para profundizar en las tradiciones orientales de los cuentos se remite a nuestro otro estudio Entre brujas y dragones. Travesía comparativa por los cuentos populares del mundo (García Carcedo, 2020).