Didáctica
Cenicientas africanas. Cuentos
Cenicientas africanas: El ciclo de Ilombe y Ngwakondi.
En este caso, se han seleccionado los cuentos africanos de la colección titulada Cuentos de los Ndowe de Guinea Ecuatorial ( Creus, 1991); entre los que aparecen varios pertenecientes al ciclo de Ilombe (la hijastra maltratada) y Ngwakondi (la malvada madrastra). Aunque en la recopilación aparecen algunos que reproducen textualmente el cuento de Cenicienta (con pérdida del zapato y boda final incluida), se ha preferido transcribir un relato muy corto, con mucho más sabor local, que se parece al comienzo de Cenicienta, pero se acerca más al tipo del cuento de Blancanieves. A continuación incluimos fragmentos del cuento más similar al de Cenicienta tal como lo conocemos en Europa:
El maleficio de Ngwakondi
Ngwalezie enfermó gravemente. Había dado dos hijos, Ilombe y Ugula, a su marido Ndjambu. Finalmente, falleció, y los hijos quedaron al cuidado de Ngwakondi. Ésta, sin embargo, no podía soportar la presencia de Ilombe y la trataba mal.
Por fin, Ilombe –un día que se paseaba por la playa- encontró a un hombre que quiso casarse con ella. Se hicieron los preparativos y se celebró la ceremonia.
Cuando el marido de Ilombe ya se la llevaba para casa, se les acercó Ugula y les dijo: “-Procurad que Ngwakondi no entre en vuestra casa. Es una mala mujer, y está preparando un hechizo”. Al día siguiente, Ngwakondi se presentó. Y ellos, por tratarse de la mujer de su padre, no se atrevieron a prohibirle la entrada. Ngwakondi les regaló unas verduras y se fue, Ilombe preparó esas verduras sin advertir que tenían un maleficio. Y, al comerlas, murió.
La gente del poblado estaba desolada por la muerte de Ilombe. Ndjambu mandó llamar a una curandera muy famosa llamada Totiya. Ésta se presentó ante el cadáver de Ilombe y, ante su conjuro, recobró la vida.
Ngwakondi se escondió en el bosque y empezó a preparar un nuevo hechizo, el mokuku.
Cuando Ngwakondi se presentó de nuevo en casa de Ilombe, ésta ya había escarmentado. De manera que no dejó que entrara en casa para nada ni aceptó ninguno de sus regalos. Sucede que el mokuku siempre tiene que hacer su efecto sobre una persona y que, en caso contrario, recae en aquel que lo haya preparado. De manera que, aquella vez, fue la propia Ngwakondi la que murió, víctima de su propia medicina.
Ilombe y su marido, pues, vivieron desde entonces con toda tranquilidad” (Cuentos de los Ndowe de Guinea Ecuatorial, en Creus,1991: 35).
Ilombe, la hijastra maltratada
Ngwakondi tuvo dos hijas…y decidió que la hijastra, que se llamaba Ilombe, no merecía el mejor trato posible, y por eso le ordenaba los trabajos más duros de la casa, le daba poca comida y hacía que durmiera en el suelo (…). Ngwakondi y sus dos hijas acudieron a la fiesta. Pero Ilombe tuvo que quedarse en casa. Y cuando estaba llorando de tristeza, tuvo un sueño: su madre apareció ante ella y le dijo: “No te preocupes porque yo voy a ayudarte. Toma este paquete; encontrarás en él todo lo que desees” (…) Deseo que en el paquete hubiera un vestido muy bonito, unos bellos zapatos y un caballo blanco (…) gustó mucho al mismo rey y a su hijo, que quiso bailar con ella toda la noche. Pero entonces ella recordó que su madre también le había advertido que todos los deseos que le diera el paquete desaparecerían a la medianoche (…) El rey, al amanecer, ordenó a un grupo de hombres que visitaran todas las casa del poblado para comprobar de quién era el zapato que había quedado abandonado (…) De manera que probaron el zapato a Ilombe, y resultó ser la chica que tanto gustaba al hijo del rey. Éste dio una buena recompensa a todos los hombres que la habían encontrado, se casó con ella ese mismo día y colmó de riquezas a Ndjambu y a toda su familia (Cuentos de los Ndowe de Guinea Ecuatorial, en Creus,1991: 45).
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Pilar G. Carcedo (2022, pp. 653-655)