Didáctica
Comentario de cuentos: Juan el Oso
Enunciado de la actividad:
Analiza el cuento de Juan el Oso basándote en la metodología de Vladimir Propp para el estudio de cuentos tradicionales. Identifica las funciones a partir de las que se estructura el cuento y los personajes que lo protagonizan.
Propuesta de comentario:
El cuento de Juan el Oso (recopilado por Antonio Rodríguez Almódovar en el primer tomo de sus Cuentos al amor de la lumbre, Madrid: Alianza Editorial, 2015, pp. 115-120) puede interpretarse como la historia de un joven muchacho (fruto de las relaciones entre un oso y una mujer) que deberá afrontar numerosas dificultades antes de lograr ser aceptado para vivir en sociedad.
A continuación, pasaremos a examinar este cuento siguiendo la metodología propuesta por Vladimir Propp (1895-1970) para el análisis de cuentos maravillosos tradicionales. Combinaremos en nuestra exposición la identificación de las famosas funciones (qué sucede en el cuento) con el reconocimiento de los personajes o actantes fundamentales señalados por el lingüista ruso (es decir: quién realiza esas funciones o sobre quién recaen).
El cuento comienza con el alejamiento de una joven pastora que, tras acudir en busca de una de sus vacas perdidas, es raptada y violada por un oso salvaje. Como resultado de ello, la chica da a luz a un niño que irá ganando con los días una enorme fuerza, cualidad heredada de su padre.
Durante bastante tiempo (hasta doce años) la mujer y su hijo permanecerán encerrados en la cueva como consecuencia de la prohibición de la bestia de dejarles salir, materializada en el taponamiento de la caverna con una enorme roca. Sin embargo, el joven Juan logrará retirar la piedra (transgrediendo, por tanto, la imposición de su padre) y ambos regresarán a la aldea materna.
Una vez allí, las relaciones de Juan con el resto de chicos del colegio resultan ser problemáticas ("Juan andaba todo el día peleándose con los demás muchachos, los maltrataba y hasta se enfrentó con el maestro"), de modo que un día "le dijeron a la madre que tenía que quitarlo de allí". Podemos interpretar este suceso como el problema o carencia que desencadena toda la acción posterior: Juan el Oso carece de la comprensión y el afecto del resto de vecinos del pueblo (por su enorme fuerza, por su carácter agresivo y, probablemente, por su aspecto diferente, pues era hijo de un oso) y decide abandonar el lugar (se detectan, por tanto, las funciones de mediación, principio de acción contraria y partida). El resto de la narración girará en torno a sus aventuras, por lo que puede considerársele el héroe del cuento (también, en parte, víctima de la incomprensión de sus semejantes).
En su camino, Juan el Oso se encontrará con Arrancapinos y Allanamontes, aparentemente amigos y auxiliares suyos, pero que acabarán convirtiéndose en falsos héroes al traicionarlo y dejarlo atrapado en el fondo de un pozo. Además, ellos harán valer pretensiones mentirosas al hacerse pasar por supuestos rescatadores de una princesa que se encontraba allí encerrada.
Pero, antes de todo esto, Juan el Oso, como héroe, será sometido al ataque de un duende (primera función del donante), reaccionará ante él y logrará, por ello, la oreja mágica que después le permitirá escapar del pozo (recepción del objeto mágico). El duende, aparentemente agresor, se convertirá, por tanto, en el donante del objeto mágico.
Después de recibir y guardar la oreja mágica, Juan el Oso abrirá un pozo con ayuda de Arrancapinos y Allanamontes. En su interior, el héroe se encuentra con una princesa atrapada, así como con un toro, una serpiente y un gigante, con los que entablará un triple combate del cual resultará vencedor (victoria). Muertos estos tres agresores, la princesa le hace entrega de una sortija que le servirá como marca para identificarlo, posteriormente, como su auténtico rescatador.
Posteriormente, Arrancapinos y Allanamontes sacarán a la princesa del pozo pero no harán lo mismo con Juan el Oso. Es en este momento cuando el héroe hace uso de su objeto mágico (la oreja) y aparecen unos duendecillos que lo transportan fuera de la cueva y le facilitan un caballo volador con el que podrá llegar al palacio de la princesa (desplazamiento) y reclamar el mérito que sus supuestos amigos trataban de arrebatarle. Estos duendecillos se convierten, por tanto, en auxiliares del héroe y ejecutan la función de socorro.
A su llegada al palacio de la princesa, Juan no será, en principio, reconocido por nadie, ni siquiera por ella (llegada de incógnito). Pero, gracias a la marca que le había entregado (la sortija), se producirá su reconocimiento como héroe, el descubrimiento y castigo de los falsos héroes y la boda final. Por último, si interpretamos que el problema fundamental que desencadena las peripecias de Juan el Oso es su falta de aceptación en la sociedad, puede considerarse que, al final del cuento, esa carencia queda colmada y, por lo tanto, el daño inicial reparado.
Miguel Ángel Martín-Hervás (Universidad Complutense de Madrid)
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